La dupla Spacey- Fincher me robó la atención el momento en
que vi The Social Network (2010). Kevin ya lo hizo desde el momento en que lo
disfruté en papeles como el de Lester en American Beauty y en el del profesor Simonet en Pay
It Forward (Cadena de Favores); Fincher es un director que sigo descubriendo, ya que tiene películas
como Fight Club, que aún no vi… Sí,
imperdonable lo mío. Por lo que no me fue difícil tomar la decisión de
empezar a ver House of Cards, una serie original de Netflix.
Política y corrupción a grande escala. Con esas seis simples
palabras puedo definir mucho de la primer temporada, que empezó haciéndome
creer que era la historia secreta entre Francis
(Spacey) y Zoe (Kate Mara). El
primero es un congresista, casado, importante para la Casa Blanca, que su
pasatiempo favorito es hacer favores, para luego cobrárselos en los momentos
más importantes con el fin de ayudar su carrera. Zoe, sin embargo es una
periodista principiante, con sed de hacer noticia y empezar a tener un lugar
más privilegiado para el periódico en el que trabaja, el cual para ella es
anticuado al no querer relacionarse con las redes sociales. Francis necesita de Zoe para que sea su peón
en los momentos exactos de su partida de ajedrez. Zoe necesita de Francis para
ser noticia y que comience a ganar peso su nombre en el ámbito periodístico.
Estratégicamente la serie comienza a dar un vuelco enfocando
la atención en los diferentes personajes secundarios de la misma, que comienzan
a tener una presencia mucho más activa. Es importante remarcar que todos pueden
ser parte de este juego de cartas y que es cuestión de sentarse y esperar su
turno dentro del juego para tener sus minutos de fama y luego que le llegue su
correspondiente desenlace. Nadie está excepto de algún trabajo sucio e importante. La lealtad, los favores, la lucha
de lo moral y de lo inmoral es permanente. Secretos y mentiras nunca fueron tan
de la mano.
9 estrellas para la primera
temporada de House of Cards
Dato random que a la
escritora del blog le gusta: Los momentos en los que Francis le habla a la cámara.
El personaje de Kevin Spacey se toma su tiempo para hablarnos y explicarnos
ciertos detalles, para crearnos la ilusión de ser los espectadores de su vida.
Pequeños monólogos y miradas en momentos exactos que nos hacen sentir el gran
hermano de la serie.