Reseña hecha por @JuliBlack
Mi reseña es una de esas películas que si no la viste no te
llama la atención, ni le pones ni una ficha a tu prode del Oscar, pero ahí está
presente, en la lista de las 8 nominadas a mejor película y te cuento porque se
merece estar ahí. Les aclaro desde ya que siendo músico esta película tuvo un
valor agregado para mí, por lo que voy a tratar de darles un punto medio entre mi
visión personal y la visión más objetiva.
Reseña
Un joven baterista de jazz, llamado Andrew e interpretado por
Miles Teller, trata de hacerse lugar en la escuela más prestigiosa de música en
EEUU cuando un día es observado y puesto a prueba por el más famoso director de
orquesta de ésta, TerenceFletcher (J.K. Simmons). La película
nos lleva por un camino que recorren estos dos personajes cuando Andrew
descubre que su nuevo profesor tiene una personalidad y métodos poco ortodoxos
para empujarlo a él en su sueño de ser el mejor baterista de jazz que el mundo
ha visto en años.
Opinión
Bien acá es donde se me complica la objetividad pero vamos a
tratar de dar todo el espectro:
Lo maravilloso de esta película es cómo se te mete adentro,
te tiene activo y con el cerebro trabajando todo el tiempo. La sensación de
ansiedad, estar moviéndome en mi asiento del cine todo el tiempo y sin poder
apoyar la espalda no se me va más. Es una película muy activa, con una gran
dinámica lograda gracias a la mezcla perfecta entre una gran banda de sonido 100% jazzera
y con un montaje que se amolda a esa música de manera perfecta. Oscar a Mejor
Montaje totalmente merecido.
La película no por nada se llama “Música y Obsesión”. Es un
viaje entre dos personajes principales (más allá que uno sea “de Reparto”) que
se están retroalimentando todo el tiempo. Ambos son obsesivos y harían lo que
sea para lograr su sueño aunque esto requiera ser un abusivo o dejarse ser
abusado. La bronca, el dolor, la moral o la ética, ambos personajes deciden
dejarla a un lado por algo más grande.
Siendo esto así, un factor agregado que yo le encuentro,
pero que es digno de debate, es que al ser músico uno sabe lo que se siente esa
obsesión por ser mejor en tu instrumento o cuando algo no te sale y no paras en
todo el día hasta lograrlo. Ser músico en muchos casos te pone en obsesión de
ser mejor. Pero también creo que esta obsesión se aplica a cualquier hobby o
profesión y por eso creo que si buscamos más profundo que quedarnos con el “Es
una película de un baterista.” podemos encontrarnos a nosotros mismos sea lo
que sea que hagamos.
Ahora hay un punto que no nos podemos olvidar y es que para
que esta película genere lo que busca generar necesita un ingrediente
importantísimo: dos actorazos. La química que lograron Miles y J.K. es
invaluable y arman el ambiente perfecto que necesita la película, la tensión,
las conversaciones relajadas todo está hecho en el nivel adecuado. Pero nadie
te va a negar que J.K. Simmons no les pasó el trapo a todos este año. La
actuación de Miles es fantástica pero cada vez que tiene una escena con J.K.
Simmons este se roba toda la atención y los aplausos, su manejo de movimientos,
expresiones faciales y voz es francamente perfecta. Su Oscar a Mejor Actor de Reparto
no estaba cantado porque sí.
- Puntaje personal: 9/10
- Probable de la Academia: 7/10