¡Hola a todos los lectores abandonados por esta administradora colgada! Mil perdones, pero los parciales me están consumiendo. Si sale todo como está planeado, esta es la última semana de rendir exámenes, por lo que la semana que viene ya el blog vuelve a estar activo. Tengo muchas cosas para reseñar y antes de fin de año tengo una sorpresa para el blog. Sinceramente, tengo muchas ganas de liberarme de la Universidad para ponerle más empeño a este lindo proyecto, que es Khaleesi. En el día de hoy, van a tener una reseña hecha por Terco, de Spectre, la cual vimos este fin de semana. Agradezco especialmente a Terco por haber hecho la reseña y ser el causante de la vuelta del blog a mediados de noviembre. Se las comparto a continuación:
Dicen que
el fin justifica los medios. Pero muchas veces pienso que es al revés. Que los
medios, generalmente, determinan el fin. Y fue lo que nos pasó con la editora
de éste blog, al dirigirnos al cine, juntos a ver de qué se las traía el nuevo señor
Bond. Ustedes se preguntarán: ¿qué pasó? Básicamente un rejunte de momentos
ajenos que empañaron el film. Me refiero a que no se pudo disfrutar de la
primera media hora de la película porque uno de los parlantes de la sala (para
peor, el central) estaba desconado y saturaba todo el sonido; lo que hizo que
una de las mejores escenas se nos esfumara como arena entre los dedos. Después
de eso (y de levantarnos a pedir que por favor le bajaran aunque sea el volumen
para que no nos rompa los tímpanos), siguió el chico de limpieza que abrió la puerta
de la salida de emergencias, y cruzó lo más campante por la sala, con dos
bolsas grandes de basura al hombro. Al rato las luces se prendieron de la nada.
Y después la película se cortó por unos cinco minutos. Imagínense que así
arrancó la primera media hora de la película. Por respeto, y no querer embarrar
salvajemente la cancha, vamos a evitar decir a qué cine nos acercamos.
Dirigiéndonos
de lleno al celuloide, deberíamos aclarar que hacer una crítica de “007 Spectre”, es tan solo dar un nuevo
punto de vista sobre las nuevas desventuras de James Bond. ¿Por qué?
Básicamente porque se trata de la película número 24 de la franquicia. Y porque
Daniel Craig es el octavo agente especial que se pone el traje del agente 007.
Con éste mínimo dato, sabemos que los fans (que son los verdaderamente
capacitados para criticar) ya han dado sus veredictos. Variados si los hay, con
tanto material por analizar.
En los
148 minutos que dura nuestra historia (un poco larga si contamos momentos de divagues,
como la canción del gran Sam Smith al principio, que parece colarse en un
pseudo-bizarro-videoclip), nos topamos con todo lo que necesitamos que nos
ofrezca el Señor Bond. Mucho olor a pólvora, fuego, tecnología de última, y si
(por supuesto) los toques de chica Bond. En un principio aplaudo a la gran
Mónica Bellucci (la viuda Lucía Sciarra), quien se convirtió en la actriz de
mayor edad en interpretar a uno de los tantos amores de nuestro agente secreto,
a sus cincuenta años. En segunda instancia, quizá con una actuación que no
termina de impactar tanto como su belleza, Bérénice Marlohe (la Dra. Swann)
interpreta a la ¿enamorada definitiva? de Craig. Ambas dos marcan tendencia, y
aportan lo necesario para que el film tenga ese toque tan personal.
Por otro
lado, el mencionado Craig, encarnando a nuestro adorable Bond. La verdad, para
mis cortos 28 años, he visto pasar los estrenos de solo dos Agentes 007. Me
refiero a nuestro actual anfitrión, y a Pierce Brosnan. Y la verdad es que
Craig es diez veces más Bond que ninguno. Quizá tenga mucho que ver la impronta
del director (en este caso, el inglés Sam Mendes, quien dirigió “Skyfall” (1012), la anterior película
de la franquicia). Pero el mandamás detrás de las cámaras y los guiones, forja
una historia que nos llena de asombro y sonrisas, sobre todo respaldada desde
los diálogos. Los cuales por momentos no abusan de las palabras, sino de los
silencios. Méritos para alguien que sabe comunicar. ¿Y qué decir de nuestro
villano? Voy a ser peor que él y no les voy a decir quién es. Pero solo les voy
a contar que (en palabras de él mismo) detrás de cada desgracia de James Bond,
hace años que está él. Y así se lo demuestra. Lo peor no es que sea realmente
el malo del film. Lo peor es que a veces el malo, es quien menos deseás que
sea. Y los fantasmas de su infancia, van a volver peor que nunca.
El
feeling entre Mendes y Craig logra que “007 Spectre” sea una sana y loca
comunión entre las tres películas que anteceden a ésta. Personajes e historias
pasadas vuelven a la vida de James Bond, tanto así, como para terminar de
definir su futuro, el cual queda con un final abierto a un posible retiro. Por
ende, los medios de “007 Spectre”
prácticamente determinan el final de la franquicia. O por lo menos, hay olor a
eso…
Puntuación Khleesi
7 Puntos