Debía esta reseña hace acerca de
un mes, pero entre una cosa y otra la fui posponiendo. Así fue como decidí que
iba a ser la primera cosa que volviera a postear en el blog, luego de unos días
de estudio intensivo y ausencia notoria en este espacio. Voy a arrancar
diciendo que si tenemos la posibilidad, podemos adquirir las dos temporadas de
House of Cards en las librerías Yenny y el Ateneo, como también en su página:
temátika. Cada una de ellas tiene un costo de $175 pesos y a comparación de lo
que salen los dvds de otras series (como
Game of Thrones o True Detective) el precio es una ganga. Por lo que no
deben dudarlo, en especial si hablamos de esta serie que para mí, es una de las
más interesantes desde el lado de lo dramático, corrupto, y llamativo de la
política.
Frank J. Underwood (Kevin
Spacey) ha logrado luego de una temporada entera subir otro escalón más en
su pirámide de poder. ¿Pero de verdad es suficiente para él subir tan solo ese
escalón? La realidad de la milanesa es que nunca es suficiente para Frank, y
que su ansiedad por poder se incrementa entre cada capítulo que vamos a ver de
esta segunda temporada. El vicepresidente en este caso va a tener muchos
conflictos (especialmente con Raymond
Tusk) y lo vamos a observar perdido en ciertas ocasiones en donde las cosas
se le van de las manos y ya no sabe qué salida tomar. La meta es clara: quiere
por completo la presidencia de los Estados Unidos de América. Eso no implica
que vaya a ser un camino fácil. Para buscar una chance y lograr su cometido
Frank va a tener que liderar con fantasmas del pasado de su mujer Claire
Underwood (Robin Wright), el fantasma
de Zoe Barnes y con situaciones interesantes entre Freddy (su fiel cocinero de costillas con barbacoa), Doug Stamper y
hasta con el mismísimo presidente electo.
Los personajes secundarios y
hasta los personajes terciarios van a tener sus minutos de gloria en esta
historia. En varias ocasiones vamos a ver conexiones de hilos que no van a
perdurar por mucho tiempo y por otro lado disfrutaremos de conexiones que van a
traer desenlaces interesantes y desafortunados. Muy pocas cosas suceden al
azar. Y muchas otras tienen un por qué, que se va a ir descubriendo con el
tiempo. Sin embargo creo que todavía sembraron cosas que tal vez nunca las
resuelvan que estaría interesante ver qué sale de todo eso.
Tampoco mi intención es tirarles
laureles a más no poder ya que la posta es que hubo ciertos momentos en los que
me aburrieron ciertos capítulos, por lo que creo que tenían la plena idea de enroscarnos mucho con
la trama y esto logró que los mismos guionistas se enroscaran y no supieran
para dónde salir. Me intriga saber qué nos deparará la tercera temporada, ya
que no me lo imagino a Frank siendo un Alejandro Magno en busca de continentes
enteros. Tampoco me imagino que esta historia dure para más…
Fincher…
Kevin…
Los amo, pero no me hagan una ensalada de historia, que decaiga de sus majestuosas
manos.
- Una puntuación de 7.50/10 para la segunda temporada, más corrupta y más interesante, de House of Cards.
Natalia Beroiz