49 años para ella. 35 años para él.
¿Madre e hijo podría decir? Es otro cumpleaños para ellos y es
otro cumpleaños para mi también. Para nosotros. Aquellos que amamos
Harry Potter. No esos que les gustan las películas o aquellos que
vieron una o dos. Sino que me refiero a aquellos que vieron MIL veces
las películas, los que se releyeron los siete libros más los tres
libros anexos, MILES de veces. Esas personas que crecieron con una
saga y que tal vez no fueron comprendidos por sus padres, toda su
familia o sus amistades, por el gran nivel de fanatismo que poseían.
Todos nosotros, los malditos fandoms, los geeks, los nerds forever.
¿Saben a quiénes me refiero no? A esos que años atrás en
Argentina organizaron una Potter Walk, en Plaza de Mayo, y que reunió
a más de 1500 fanáticos. Aquellos que vivieron las salidas de los
libros, como si fueran la salida de la cura a una enfermedad letal.
Los que miraban las avant premieres por internet deseando que alguna
vez pasara en su país. Todos aquellos que lloraron, rieron, se
sientieron tristes o se sintieron felices.
¿Qué es Harry Potter para mi? Podría
hablar de eso durante horas. Fue amor. Es amor. Es amistad. Fue
amistad. Es sinceridad. Fue sinceridad. Es un mundo. Es MI mundo. Es
mi locura. Es mi casa segura. Es mi elección ante todo. Es mi
felicidad. Es mi tatuaje en mi piel. Son miles de frases en mi
cabeza. Son miles de hechos en mi mente. Fue un día en el parque
temàtico de Universal Estudios. Es la foto que me saqué con Matthew
Lewis. Es la razón por la que estoy estudiando inglés. Es la
causante de que no pueda ahorrar mucho. Es la razón por la cual dejé
de creer en la democracia y adquirí la monarquía para tenerla a
Rowling como reina. Es un todo. Harry Potter no es una boludes para
mi. ¡Ojalà que lo fuera! Pero no lo es. Podrías contarles cuándo
y cómo vi la primer película, en la casa de mi papá. Cómo y
cuándo vi la segunda película, dos veces en el cine, una en Bs y la
otra en Córdoba cuando estaba de vacaciones. Podría decirles cuando
fui a ver la tercer película... No, en realidad no porque no me
acuerdo, pero sé que la fui a ver al cine también. ¿Cómo no
hablarles de la cuarta? ¡Por Dior! Si hasta me encontré a un
compañero del colegio al que detestaba en la sala del cine, e
incluso mi mamá se quedó dormida y recuerdo aun la mirada de odio
que le dí. ¿Puedo hablarles de la quinta? La orden del Fénix marcó
un antes y un después. NUNCA superé la muerte de Sirius por más
que ame con todo mi ser a Bellatrix, es como una situación bastante
fea de amor/odio pero es más fuerte que yo, lo juro. La sexta
película... Oh my god. The half blood prince es mi libro preferido y
Yates (y eso que lo defendí a muerte) la cagó y la recontra cagó.
La ví como dos o tres veces en el cine y juro que no podía
aceptarla. No podía e incluso hoy en día no puedo. ¿Hace falta que me ponga a hablar de la séptima y octava peli? ¿Hace falta recordar las dos avant premieres que se hicieron en Argentina y mis ganas de llorar? Logramos tanto. Lloramos tanto. Sufrimos tanto. Fuimos felices. Podría decir miles de cosas, multiplicadas por millones de palabras, trillones de sonrisas mezcladas con risas y lágrimas.
Nunca van a entender este sentimiento si de verdad no lo sienten. Uno puede decir que es idiota. Que con el tiempo va a pasar o que es solo una moda. Lo que pasa es que no entienden que Harry Potter no es una moda. Nunca va a pasar a otra dimensión. Ya sean sus libros, que van a seguir siendo traducidos, que van a seguir siendo re-publicados. Que van a tener miles de portadas y ediciones nuevas. O ya sean sus películas, que van a quedar como clásicos... No al nivel de Casablanca, pero sí al nivel de Star Wars.
Por eso mismo hoy hay que decirles feliz cumple a ella, que es madre nuestra y madre de Harry, por ser la J.K.Rowling que sorprendió a todo el mundo, la que utiliza sus millones, no solo para vivir, sino para donar y luchar contra muchas causas. Y feliz cumpleaños Harry, por ser mi niñez, mi adolescencia y toda mi vida.
¡Alcen las copas por el niño que vivió!