Iniciativa: Blogueros Filosóficos+Vacaciones

martes, 22 de diciembre de 2015


Mi idea soñada de terminar el año en Khaleesi Geek nunca fue esta. Había planeado realizar un giveaway y que el último post del año fuera acerca del ganador de dicho sorteo. Pero una vez más, las cosas se pusieron patas arriba (por falta de tiempo, les prometo que el giveaway se va a realizar en cualquier momento). Por lo que decidí despedirme de este año, en el blog, mediante a la iniciativa que comenzó Aylu de “El mundo de Aylu” y Puppii de “Tiritas  de alambree”. Así que les voy a pedir permiso a todos, para salir un poco de mi lugar común, y permitirme que la pluma vuele un poco y que pase a la reflexión.

Mi reflexión filosófica: Palabras

Hace un tiempo que vengo observando las palabras desde cerca. Es increíble cómo a veces nos ayudan a expresarnos a la perfección y como otras veces son las causantes de nuestros errores. Aprender a utilizarlas es un aprendizaje que dura años, tal vez toda la vida. Sigue habiendo gente adulta que no las utiliza a la perfección. Y sin embargo el problema es siempre el mismo: no terminamos de decir lo que queremos realmente decir. Ya sea por miedo, por hablar o  escribir rápido, por sentirse encerrado o por diversas razones, que tan solo uno mismo las sabe a la perfección. El gran aprendizaje este año para mi se basó en aceptar una cruel realidad: las palabras duelen más de lo que pensamos, más de lo que demostramos, mucho más de lo que dejamos entrever con cada gesto, respuesta, mirada y actitud.

No es fácil aceptar lo que te dice esa persona que te acompañó toda la vida, tampoco es muy sencillo aceptar razonamientos sin piso ni techo que te dan esas personas que te acompañaron gran parte de tu vida. Otras tantas veces, tenes que escuchar estupideces que te dice algún profesor, algún jefe, alguien que te encontrás en la calle, en el colectivo, en el subte o alguna persona aburrida que quiere pelear en un restaurante. La gente siempre tiene la necesidad de hablar, de hacerse notar, de defenderse antes de lo solicitado, de argumentar sin sentido para salir del paso y desaparecer, de lastimar porque no sabe amar.

Las palabras quedan grabadas en dos lugares en donde no tenemos acceso: el cerebro y el corazón. Esos dos órganos que componen el cuerpo humano son intocables, delicados, importantes y al mismo tiempo peligrosos. Si tenemos una verruga, podemos ir al doctor y pedirle que nos la saquen, si te rompen el corazón no podés ir a una consulta y pedirle que te lo saquen. Si te dicen algo que no escapa de tu mente, no podes ir a pedir que te saquen el cerebro. Esos dos órganos están ahí para recordarnos siempre el dolor y el peso que tiene una palabra. Porque las palabras pasan de moda, pero no de tiempo. Porque se reinventan, pero no se pierden. Hacen ruido más que una campana, una melodía o un llanto. Nos dejan pensando horas,  incluso días.

Por lo que este fin de año quiero agradecer a esas palabras, esas dichosas palabras que lograron que personas se alejaran este año. Palabras que lograron que yo alejara personas de mi vida. Palabras que me hicieron enamorarme más. Que me hicieron llorar y angustiar. Que me hicieron seguir. No detenerme. Que lograron un año agitado, revuelto como una montaña rusa. Palabras que lograron hacerme mejor persona. También hay algunas que me hicieron enojar, detestar, reirme, poner alguna de mis caras súper especiales, para cuando las escuché.  Quiero decirle gracias a esas personas que las utilizaron, en persona, por teléfono, por mail, por algún medio de comunicación. Gracias, porque las que fueron realmente buenas, siguen muy adentro mio. Y las que fueron malas también. Me dieron un mejor panorama de la vida. De lo nuevo. De los cambios. De las mentiras. Y del miedo que tienen algunos.

Este año le dedico mis logros a todos aquellos que no están, a los que están y especialmente a mi. Porque gracias a las palabras tuve un excelente año en la facultad, en mis clases de inglés, de italiano, en el trabajo, en lo personal. Muchas amistades se afianzaron, otras se rompieron. Con mi familia, que cada vez es más grande e importante para mi. Y también con aquella persona especial, con la que tuvimos momentos malos y buenos. Esa persona que me sostuvo cuando más caída estaba.

Por eso la foto que comparto hoy, de este pequeño debate filosófico, se basa en lo que va empezar en dos días con un vuelo. Quiero permitirme un pequeño espacio entre este intento de “filosofar” para anunciarles que Khaleesi Geek se va a ir de vacaciones. Y que vamos a volver después del 6 de enero. Estoy muy feliz de decirles que las fiestas no las voy a pasar en Argentina, que voy a cumplir uno de mis tantos sueños. Costó mucho, sudor, lágrimas, esfuerzos, cansancio, corridas, y demás. Pero lo logré un 50%. El otro 50% se va a lograr cuando esté ahí:

¡Siii! Con Terco nos vamos a NY a pasar las fiestas. A conocer la ciudad por primera vez. A caminar, recorrer cada rincón posible, comer, reir, disfrutar y a esperar el tan especial año nuevo. Les deseamos unas lindas fiestas y vacaciones a aquellos que se van y a todo aquel que disfrute de estas fechas.

¡Nos leemos en enero!

Muchas felicidades