Los 8 más odiados

martes, 19 de enero de 2016

Terco anda vago y me manda a mi a hacer el trabajo sucio. Así que hoy les dejo la reseña que hizo él sobre "Los ocho más odiados", la última película de Quentin Tarantino, la cual vimos el pasado domingo en el cine. 

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Cometí el error que cometo siempre al reseñar una película (y aclaro que solo me pasa con las películas, y no con los libros, discos o series). Primero, mucho antes de siquiera sentarme a encarar la review, me pongo a leer los cuatrocientos mil comentarios de la gente hacia la misma, en todos los blogs habidos y por haber. Y como me suele pasar seguido, me enervo. Los 8 más Odiados es de esas películas que la crítica especializada (admito no ser muy fan de ellos de todas maneras) le da entre siete y ocho puntos, promediando. Y el populacho, que cada vez parece ser mayor, la defenestra. Pilas y pilas de “don nadies” criticando otra obra maestra de un director que difícilmente pueda ser reprochable. 

Quentin Tarantino tiene sobre los hombros, nombres de la talla de (por favor, pónganme un freno): “Perros de la Calle” (1992), “Tiempos Violentos” (1994), “Kill Bill 1 & 2” (2003/2004), “Bastardos sin Gloria” (2009), “Django sin Cadenas” (2012). Dejo de contar porque solo me hago mala sangre. Un director que en los últimos 25 años patentó una forma de hacer cine. Es moneda corriente escuchar a alguien decir: “¿Viste la peli checoslovaca esa que salió el fin de semana? Es una onda Tarantino”. ¡Y si! Pero mejor me sereno y acá marco el punto de inflexión, abocándome a “The Hateful Eight”. Tres horas de un film que jamás podría aburrir. Cuyos diálogos están tan bien logrados, que parece todo ocurrir en 40 minutos. Donde la escenografía, el vestuario y la fotografía, parecen salidos de un cuento de hadas (o de suspenso gore). Donde la música del genial, magnánimo y superlativo Ennio Morricone, nos lleva en el aire escena por escena. 

Las actuaciones. ¿A quién destacar primero? ¿A Samuel Jackson, que es de esos tipos que NO tienen películas malas en su haber? ¿A Kurt Russell, que a sus 64 años está más vigente que nunca? Creo que no puedo dejar de nombrar a la excelentísima Jennifer Jason Leigh, reconocida por su vasta trayectoria en el cine independiente, quien encarna a Daisy Domergue, una fugitiva capturada, cuyo papel crece y crece con el correr de las horas, hasta dejarnos boquiabiertos. Y por el otro lado, a Walton Goggins (Venus Van Dam, la prostituta transexual en “Son of Anarchy”), quien aquí es Chris Mannix, el nuevo comisario del condado. Ambos dos, de los puntos más fuertes del film. La historia parece sencilla. Pero no lo es. Un cruce en la ruta entre dos cazarrecompensas. Ambos llegan apedreados por una tormenta a una mini posada, con otros cinco tipos muy raros ahí encerrados. Y empieza el desmadre. Todos sospechando de todos. Ninguno cierra ni un ojo al dormir.

Efectos especiales guardados con todo para el final (cuya trama da un vuelco hermoso). Mucho humor realmente negro. Escenas fuertes. Y sobre todo, muchos mensajes ocultos. Porque Tarantino es eso. Cada film es una extensión de su mente. De su desquiciado corazón. Lástima que muy pocos parecen estar dándose cuenta, de que estamos frente a una de las mejores películas que nos va a demandar este 2016 súper poblado de films. Ojalá, sea un 2016 tarantinesco.