Miss Peregrine y los niños peculiares

lunes, 10 de octubre de 2016


Buenas buenas, pequeños engendros del mundo mágico que disfrutan leer las locuras que se vuelcan en Khaleesi Geek. Ante todo, esperamos que les guste el nuevo banner del blog, el cual fue diagramado con fotografías tomadas en Indonesia, para luego llevarlas hasta el mastering en Los Ángeles, y finalmente retocadas en Estocolmo, por el Ingeniero en imágenes: Rudolph Stranjkrasbtsinghrascz. Nah, mentira. Nos tomamos una tarde entre la loca que edita este espacio para el fandom y el loco que la secunda en su estilo de vida (es decir, yo), y jugando un poco con la cámara y el buen amigo Photoshop, salió eso. Ojalá les guste como decora la entrada de la página (todas las opiniones son bienvenidas).


Por otro lado, fueron unos días que incluyeron salidas al cine, a encuentros gastronómicos y recitales de rock. Así como también de mucha atención a las series que aquí se siguen, nuevas lecturas de libros y nuevas adquisiciones de comics y discos. Por lo que el trabajo y el estudio están en segundo plano, como corresponde. Ja! Pero como no podía ser de otro modo, en esta oportunidad venimos a reseñarles la nueva criatura de uno de nuestros puntos débiles. Nos referimos al gran, gigante, ENORME Tim Burton y su "Miss Peregrine y los niños peculiares".




La historia relata la vida de Jake (Asa Butterfield), quien un día debe ir a cuidar a su abuelo, quien aparentemente posee demencia, y se encuentra con su cuerpo sin vida en el fondo de su casa, entre árboles y lo más importante: sin ojos. Entre lágrimas y sollozos, de un segundo a otro el cuerpo de su abuelo parece recobrar vida para decirle que tiene que dirigirse a un cierto lugar y cuidarse. Solo yendo allí podrá entender TODO. En ese mismo instante un especie de monstruo aparece y es disipado por los disparos de una amiga del protagonista. Hasta acá, no se entiende mucho.


Acto siguiente se cuenta los días posteriores, los cuales Jake es enviado a una psiquiatra por sus padres (los cuales no parecen tener mucha importancia en él). De alguna manera Jake empieza a tener flasbacks de como fue su infancia creciendo con las historias que su abuelo (Terence Stamp) le contaba. En ellas, él le relataba un mundo de fantasía que incluía un hogar de niños especiales, con capacidades únicas, al cuidado de una muy metódica mujer llamada Miss Peregrine. Hasta acá, creemos empezar a entender.


De alguna X manera Jake convence a su padre de que lo lleve desde Florida hasta Gales en búsqueda de ese lugar, con la excusa de que él podría tomar fotografías de aves. Ya en Gales, de un momento a otro Jake logra encontrar dicho orfanato, el cual fue demolido por una bomba nazi en 1944. Y ya no queda nada de él. Pero de un momento a otro da con la bella Emma (Ella Purnell), quien forma parte de este selecto mundo de niños fenómenos. Pasando a través de un bucle de tiempo, finalmente Jake logra llegar hasta Miss Peregrine (Eva Green). De nuevo no entendemos nada.


De aquí en más el relato intenta llevarnos por el lado de la explicación de cómo es que ellos viven en un lugar supuestamente demolido, la relación de su abuelo con ellos y, sobre todo, entra en acción el enorme Samuel Jackson, quien encarna a Barron, el malo de la película.



Voy a empezar por las malas noticias. La idea es realmente hermosa. La trama tiene una historia que pinta paisajes y personajes realmente bellos, cada uno con un encanto particular, que los hace brillar por peso propio. Y por si fuera poco, las actuaciones en general oscilan entre los 9/10 puntos. Es difícil destacar a alguno en particular (aunque los huerfanitos más pequeños son un punto débil de este relator). Pero el guión posee muchos baches notorios. Por momentos pareciese que todo está un poco tirado de los pelos, como buscando llegar bien a los 120 minutos de film. Y no es que les falte material y haya de relleno. Todo lo contrario. Si les hubieran regalado unos 20 minutos más, quizá todo se hubiera solucionado. Pero hay personajes que de golpe y porrazo desaparecen. Y sobre todo, hay detalles que se insinúan por demás y nunca terminan de definirse. La historia de amor es bastante pobre. La inclusión de los padres del protagonista es totalmente innecesaria. Y la presentación y desaparición del personaje Victor es casi una falta de respeto.

Pero hay que ver el otro lado de la película. Los efectos (no tan 100% burtonianos) son una delicia ante los ojos. Tanto la fotografía geográfica del film, como los detalles estéticos de cada uno de los niños del orfanato. Es tan minucioso y sabroso el plano de cada uno de los niños, que realmente es imposible no sonreír en cada escena. Por el lado de S. Jackson, hay que decir que su papel es diametralmente opuesto a lo que cualquiera hubiera imaginado. Entre gracioso y bizarro, pero estéticamente muy enfermito, su oscuro rol le da un toque extra a la cinta.

Definitivamente no estamos ante una de esas obras maestras del genio de Tim, como "El Jóven Manos de Tijeras". Pero su idea de fusionar un poco de "Alicia En El País De Las Maravillas" con ciertas pinceladas de "Harry Potter" o "El Gran Pez", realmente tiene un atractivo muy sincero, al poder ganarse tanto el amor de los más chicos, como de los más grandes. La realidad es que no se trata de una mala película para nada, como muchos se han tomado el atrevimiento de reseñar. De principio a fin la butaca nos tiene atados, tratando de hilvanar un nuevo concepto para entender si el futuro, pasado y presente de nuestro protagonista son reales, falsos, infinitos, escuetos. Toda la parafernalia alrededor del juego con el tiempo, la segunda guerra mundial, el amor a la familia, la amistad y la valentía, nos hacen sentir dentro de la historia.

Me gustaría poder ver una segunda parte en donde se aten todos esos cabos sueltos y nos volvamos a encontrar con todo este grupete de niños hermosos, bellos, monstruosos y fascinantes. En otras palabras, pequeños timsburtons. Sin lugar a dudas, el gran Timothy se volvió a salir con la suya. Ahora... a esperar por "Dumbo" y la nueva "Beetlejuice". Amén.

Nos leemos luego!