Creo que no estoy equivocada al
afirmar que el 98.7% de las personas que fueron este primer fin de semana del
2015 al cine fueron a ver la última parte de la trilogía de El hobbit. Y es que
dejo un pequeño rango de error por las dudas y para hacerme la humilde nomás.
Pero lo cierto es que los enanos, el hobbit, los elfos, los orcos y los
humanos, llegaron para darle fin a esta interesante historia.
Bilbo Bolsón fue interpretado por
el magnífico Martin Freeman (Love Actually,
Sherlock), un hobbit que lleva una vida tranquila y normal en La Comarca,
hasta que llega Gandalf (viejo conocido
nuestro de las tres películas pertenecientes a El señor de los anillos) y
le hace una propuesta a Bilbo: si estaba dispuesto a trabajar con él en una
gran aventura. Claro que esto fue rechazado en seguida por el Sr. Bolsón, ya
que era algo demasiado y nada común para un hobbit. Hasta que la llegada de los
enanos y la insistencia de Gandalf hacen que Bilbo pierda la cabeza y se muera
de ganas de ir tras la aventura… Una que consiste en tan solo un libro de
Tolkien, pero que Peter Jackson se encargó de dividir en tres películas: Un
viaje inesperado; La desolación de Smaug; La batalla de los cinco ejércitos.
¿Hacemos un vistazo rápido por las primeras dos pelis para recordar?
El Hobbit: Un viaje inesperado

Cuando empieza a recordar, Bilbo cuenta
su historia que comenzó con una charla que tuvo con Gandalf, para luego pasar a
la parte en donde es visitado por los enanos al anochecer y básicamente arrasan
con toda su alacena. Entre varios sí y varios no, Bolsón decide aceptar el pedido
del mago y acepta aventurarse para ser el futuro saqueador. En esta película
cabe destacar que vuelve un viejo amigo: Gollum. Lo que nos acerca al encuentro
del señor Bolsón con el anillo por primera vez, y cómo decide usarlo con buenas
intenciones, no perdiendo la cabeza. Sin embargo su elección es ocultar este
hecho de todos los enanos e inclusive de Gandalf.
El recorrido sigue, comienzan los
primeros desafíos, y todas las hazañas empiezan a ser momentos de nervios,
curiosidades, miedos y valentía por parte del hobbit. Los efectos especiales y
los paisajes de Nueva Zelanda nos vuelven a enamorar una vez más. El final, sin
spoilear algo que hoy por hoy es de común conocimiento, con el dragón Smaug
despertando creo que es ese momento de cosquilleo que nos deja en busca de más
información.
- Si tengo que hacer una puntuación (2 años después del estreno) le daría un 7/10.
Me encantaron los efectos, el
paisaje y el comienzo y prácticamente la escena final, pero de las tres
películas, ésta fue la que más me aburrió.
El Hobbit: La desolación de Smaug

Luego de una lucha bastante
asquerosa (que consiste en resistir a arañas enormes, primeramente) los
viajantes son apresados por un pequeño ejército mandado por Légolas (Orlando Bloom, of course) y Tauriel (Evangeline Lilly, Lost), para luego ser llevados a territorio élfico, donde Thorin rechaza los planes de
Thranduil. Quilombillos de amor, odio, traiciones y nuevas alianzas son los
tópicos predominantes en esta parte de la historia, hasta que arriba Bardo, un
arquero que es padre soltero con tres hijos, que vive en la Ciudad del Lago.
Esa ciudad va a ser la última que
pisarán los enanos antes de llegar a la Montaña Solitaria, donde el final de este segundo film consistirá
en la charla que hay entre Smaug y Bilbo, antes de que el dragón se alce al
cielo y empiece a hacer destrozos.
Esta segunda entrega me encantó,
me entretuvo en todo momento, y disfruté mucho a los elfos, enanos y la
historia de Bardo.
- Puntaje para la segunda peli de la trilogía: 9/10
El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos

Antes de la gran batalla, Gandalf
es rescatado por Galadriel, Saruman y Elrond, en una pequeña disputa con
espíritus bastante alarmante, y que da los pies iniciales a la historia de El señor de los anillos.
Luego, el mago gris cabalga velozmente para intentar razonar con Thorin, Thranduil
y Bardo y detener la guerra. Una reunión que toma un giro interesante con la
llegada de Bilbo y un acto del hobbit lleno de valentía.
Lo que más debo rescatar de esta
última entrega es que entabla muchos guiños para la trilogía del anillo, es
decir, que como una precuela está hecha de una forma muy detallista aunque al
mismo tiempo sutil. La batalla no fue de lo mejor, tiene sus momentos, pero
pensé que iba a correr mucha más sangre y que iba a ser más violenta, tal vez
por una malacostumbre que adopté de Aragorn. Me entretuvo bastante, pero sentí que le faltó
un poco de acción para ser el gran final. Creo que las grandes frases de esta
última entrega fílmica, recaen en la última conversación entre Thranduil y
Tauriel (que no voy adelantar nada así se las dejo picando, pero me encantó). Y
también debo darle unos puntos extras por la pequeña charla entre hijo y padre,
entre Légolas y su progenitor.
- Puntuación: 8/10
~
No voy a dudar ningún segundo al
decir que creo que Jackson lo hizo muy bien, desde el lado de director y como
planificador de la futura economía de Warner, ya que una cosa es hacer una
película por libro y otra muy diferente es hacer tres películas de un libro. No
se perdieron detalles, explotaron todo paisaje disponible y usaron grandes efectos
especiales (aunque la carita de Orlando
Bloom intentó ser modificada para parecer más joven, sin éxito, ya que salió
más baqueteado pobrecito). Tuvieron un éxito global, y para los fans de la
edad media creada por Tolkien creo que fue un regalo interesante y especial,
que tardó en llegar (nueve años después) pero que trajo frutos para todas las
edades y para todos los gustos. Igualmente… Me esperaba una batalla más
interesante, me la dejaron picando.
- Puntuación final para la trilogía: 8
Escrito por Natalia Beroiz