50 años

viernes, 31 de julio de 2015



Para el fin de este mes tenía ya lista otra entrada al blog, pero no puedo dejar pasar esta fecha como si nada. Lo cierto es que por más que el tiempo siga corriendo, y los días se convierta en meses, para luego ser años, hay cosas que no cambian. Hay cosas que se siguen negando a cambiar y en especial, hay cosas que no quieren abandonarnos jamás. 

Yo soy una fiel creyente, de que cada cierta cantidad de años, hay que preguntarle a una misma persona, cuál fue el libro que le cambió la vida. Existen muchas chances, de que aquella persona, cuando tenga 11 años, te diga una cosa. Cuando tenga 21 otra cosa. Cuando tenga 35 años, otra. Y ni hablar, cuando tenga 60 años. Decir que un libro te cambió la vida, o te abrió los ojos, es algo atractivo, llamativo, y en especial curioso. Por supuesto que no es una ley que se cumple en todos los lectores. Puede existir gente, que tengan muchos libros como preferidos o que les hayan maravillado, y que al mismo tiempo no le hayan cambiado nada, ni que tampoco los hayan deslumbrado en lo personal. El mundo literario es un mundo sin fin. No solo por la cantidad de oferta literaria que existe, para que consumamos y conozcamos nuevas propuestas. Sino que también es un mundo lleno de sentimientos, historias ocultas, recuerdos, aventuras y parte de relaciones afectivas. ¿O me van a decir que nunca recomendaron un libro a un amigo? ¿O que nunca le regalaron un libro a alguien importante en su vida? 

A mi especialmente, me pasó que diferentes libros significaron algo para mi. También algunos de ellos me hicieron replantearme algunas cuestiones personales, y también ver el mundo con otros ojos. Si leen este blog, lo siguen desde los inicios, y me conocen a mi, sabrán que Harry Potter es una saga de libros que significó un montón en cuanto a mi vida personal. No me canso de decirlo, por más que sea repetitivo: por medio del fanatismo por la historia, y las películas, conocí mucha gente. Mucha gente que me hizo bien, hoy por hoy tengo grandes amigos que los hice gracias al furor creado por J.K. Rowling y eso... Ese sentimiento, esas historias ocultas, esas risas, esas charlas frikis, esas relaciones que fueron más allá de lo pottérico a lo personal. Esas amistades de que por más que haya terminado el lanzamiento de libros y de las películas, siguen ahí. Barreras que pasaron todo tipo de tiempo, espacio, y personalidades. Fronteras que se hicieron corta y para nada peligrosas, que significaron algo para un grupo determinado de gente, que compartieron algo en común y se disfrutó. Sin violencia, como el fútbol por ejemplo. Sin discriminaciones. Sin restricciones de edad. 

Con todo lo que vengo narrando, voy a que debería existir un monumento a la creadora y causante de todo esto. Hoy, es el cumpleaños número 50 de la escritora británica J.K.Rowling. Una mujer que luchó toda su vida para cumplir un sueño. Que se terminó convirtiendo en un sueño de millones de niños, adolescentes y adultos. ¿Me van a negar, si son fans de Harry, que alguna vez quisieron estar en Hogwarts? ¿Van a negar que quisieron experimentar las mismas aventuras de los protagonistas? Es un ejemplo y modelo de mujer, de luchadora, de creadora, de imaginación. A mi me encantaría conocerla, decirle miles de cosas, y hacerles millones de preguntas. Siento que es una mujer que tiene mucho para contar, y que además tiene mucho para escribir. Amaría tener la chance de decirle, que mi familia está cansada de que viva mirando las películas o releyendo los libros. Contarle, como no todos entienden este fenómeno, y que los más grandes deciden darle la espalda a los más chicos (que hoy son jóvenes adultos) y pensar que somos unos frikis locos.

No nos interesa. No me interesa. Llegó un punto en que ya me dejó de importar lo que piensen los demás con respecto a mis fanatismos y mis fandoms predilectos. Y todo esto fue gracias a ella. A esa mujer de pelo rubio que hoy cumplió 50 años (a esta hora, ya es 1 de agosto en UK).  Mi intención era hacer este pequeño reconocimiento, divagando un poco para no caer en lo común. Ella cambió un montón de cosas, en diferentes partes del mundo, haciendo que algo nos una: la magia.