Día internacional de la mujer

viernes, 8 de marzo de 2019

El 8 de marzo de 1908, un suceso trascendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero: 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. El motivo se debía a la búsqueda de una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades y las malas condiciones de trabajo que padecían. El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar. Sin embargo, el resultado fue la muerte de las obreras que se encontraban en el interior de la fábrica. Ese mismo año, el 3 de mayo, se realizó un acto por el día de la mujer en Chicago, preámbulo para que el 28 de febrero de 1909, en Nueva York, se conmemora por primera vez el “Día Nacional de la Mujer”.
Con este antecedente, un año después, en 1910, se desarrolló la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en la capital danesa, Copenhague. El tema central fue el sufragio universal para todas las mujeres, y por moción Clara Zetkin, líder del “levantamiento de las 20.000”, se proclamó oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres caídas en la huelga de 1908.
Más cerca en el tiempo, en 1977, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó oficialmente el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Luego, en 2011, se celebró el centenario de la celebración, con la premisa de Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU mujeres).

Decidí comenzar el post de hoy con un poco de historia, de la mano de la web oficial de la Secretaría de Cultura de la Nación. Es importante saber de dónde proviene este día, porque las muertes de las 129 mujeres del incendio en la fábrica Cotton no deben ser olvidadas. Tampoco deben ser olvidadas las mujeres que mueren día a día por el simple hecho de ser mujeres. Tampoco se debe olvidar la desigualdad que sigue existiendo a pesar de que nos destacamos por estar viviendo en una era tan moderna y tecnológica. Lamentablemente estamos muy acostumbrados a escuchar de los “nuevos avances” pero los avances relacionados a la igualdad y empatía están cada vez más lejos de nuestras manos. Existen aún muchos cerebros retrógradas que se creen superiores por no salir de su zona de confort patriarcal: a ellos les digo, que esto de a poco está cambiando y que yo voy a colaborar con ese cambio. 

Sí, puedo manejar cualquier medio de transporte por más que sea mujer. Sí, puedo disfrutar de los deportes, como el fútbol, tenis, natación, hockey, etc, por más que sea mujer. Sí, puedo ser ingeniera. Sí, puedo ser médica. Sí, puedo ser abogada. Sí, puedo ser lo que quiera ser. Mi sexo no me define. No soy menos que nadie por haber nacido y elegido ser mujer. La fuerza física no es parámetro de debilidad. El hecho de que menstrue todos los meses, tampoco me hace más débil. Esto es algo que tenemos que entender todos: en cada rincón del mundo. Existen sociedades más avanzadas en este tema y otras que quedaron en el tiempo. Nuestra función es concientizar, hablar y hacerle entender a las niñas y futuras mujeres, que tienen los mismos derechos que los hombres. Nuestra función es hablar con los hombres y los niños y explicarles que porque nuestro aparato reproductor sea distinto, no soy inferior a ellos. Ojalá con el tiempo sea tan natural que no tengamos que explicar ni concientizar nada. Pero a pesar de que sé que este cambio llevará un tiempo, se va a lograr. Es por esto que hoy me tomo el pequeño atrevimiento de hablar sobre este tema en este espacio. No digamos “feliz día”, sino que aprovechemos este 8 de marzo para hablar, concientizar y salgamos a las calles a luchar por el lugar que nos corresponde.

Estos últimos años en donde estuve aprendiendo sobre el feminismo, no solo estuve escuchando charlas, stand up y leyendo a referentes de forma online. Sino que también estuve indagando un poco en la lectura de Chimamanda Ngozi Adichie y Margaret Atwood. Así que a continuación les comparto las reseñas que hice de los libros de esas grandes mujeres que escribieron obras preciosas. Las mismas invitan a la reflexión y a ver el mundo con otros ojos: