Reseña de Alejandro Nuñez
Libro: Cartas de amor a los muertos
Género: Drama juvenil
Autora: Ava Dellaira
Editorial: VRYA
Número de páginas: 344
Formato: Rústica
Edición: 2015
Sinopsis
Todo empieza con un simple trabajo para la clase de Literatura: Redactar una carta a una persona muerta. Y aunque la idea es hacerlo a un familiar o amigo, Laurel elige escribirle a Kurt Cobain, a Janis Joplin, Amy Winehouse, Jim Morrison y Heath Ledger, entre otros personajes famosos que fallecieron jóvenes, como su hermana May.
Pero Laurel no le entrega ninguna de sus cartas a su profesora. Su tarea permanece oculta… como tantas cosas de su vida…
Laurel escribe desde el dolor. Escribe sobre cómo se siente empezar en una nueva escuela, lo difícil que es tener nuevos amigos, la separación de sus padres o el primer amor. Pero lo más importante, siempre escribe sobre May.
Lo que Laurel no sabe, es que solo cuando escriba la verdad sobre lo que ocurrió aquella fatídica noche, podrá aceptar la muerte de May y así soltarla, para poder empezar a ver la luz en su propia vida…
Opinión personal
Querido lector:
¿Te preguntarás por qué inicio esta opinión sobre el libro de esta manera tan particular? Decidí utilizar el mismo recurso que la autora Ava Dellaira adquirió al momento de ponerse en la piel de su protagonista, Laurel, y así ir metiéndonos de a poco en sus historias. Pero más allá de los simples pasajes de su vida, nos encarna cada dolorosa travesía, cada oscura anécdota, cada sangrante recuerdo. La forma en que cada carta va redactada en primera persona, rompe cierta barrera de intimidad, haciendo que automáticamente puedas sentirte parte del círculo íntimo de nuestra querida Laurel. Que dicho sea de paso, no tiene círculo íntimo. No tiene amigos. No tiene conocidos con quien estrechar un vínculo. Y lo más doloroso, la enigmática muerte de su hermana terminó por destruir el bello matrimonio que tenían sus padres, alejando a su madre a otra ciudad y hundiendo a su padre en una profunda tristeza. Laurel ya no tiene nada.
Querido lector, ¿qué podemos hacer, cuando ya no hay muchos motivos para seguir creyendo? Cuando el concepto de amistad nos huye, cuando el amor nunca ha tocado nuestra puerta, cuando la familia es solo un débil intento de realidad de lo que alguna vez fue. Laurel convive con ello. En su mente, todo la ata a May. Su ropa, las cortinas de su habitación, sus libros, su música. Y es allí donde nuestra pequeña protagonista decide anidar su imaginario. Acudiendo a las únicas personas que siguen oficiando de puente entre las hermanas. Cada carta de Laurel es un fiel reflejo de los ríos de congoja que la surcan desde el alma. Escribirle uno por uno a todo el Club de los 27, es clara muestra de ello. ¿O acaso alguien recuerda a Kurt Cobain, a Amy Whinehouse, a Jim Morrison o a Janis Joplin enredados en sus sonrisas y disfrute de la vida? No, la realidad es que cada uno de ellos representan un pasaje suicida dentro del inconsciente colectivo de nuestra adolescencia.
Querido lector, te sumergirás en una historia demasiado bien contada. Tan simple y prolija, que al momento en que descubras por qué Laurel no puede espantar a sus demonios, sangrarás con ella. En ese instante en que entiendas por qué todas sus luces se apagaron, necesitarás tener a alguien a tu lado para que te tome la mano y te ayude a caminar en su oscuridad. No está de más decir que esta, la primer novela de la autora, fue inspirada por el fallecimiento de su madre. Y a sido tan elogiada por la crítica especializada, que ya se ha traducida a una veintena de diferentes idiomas. Lograr que una novela de literatura juvenil reúna tantas historias, tabúes, sensaciones y sentimientos en un solo libro; y que además capture momentos tan fuertes e intensos, incluso para un lector mayor, no es fácil para ningún escritor. Y aquí se logra con creces.
Querido y paciente lector, si llegaste hasta aquí, solo me resta decirte que esta, no es cualquier historia triste. No es cualquier novela buscando hacer catarsis con sus lectores. Es una pequeña caja de Pandora. Y girar la llave, es una responsabilidad que debes asumir.
- Mi puntuación para Cartas de amor a los muertos es de 4/5
